La mirada y la interpretación de Oscar Andrés De Masi, arqueógrafo

miércoles, 23 de marzo de 2016

EL RETORNO DEL BUSTO DE SARMIENTO A SU SEPULCRO EN LA RECOLETA


Oscar Andrés De Masi

1.Ya en el año 2011, en mi libro Cuatro moradas sarmientinas con declaratoria nacional (Cap.IV.La última morada, pp.47-56), prologado por Juan Martín Repetto y Jorge Bozzano, me referí al mausoleo de Domingo Faustino Sarmiento en el cementerio de la Recoleta, declarado "sepulcro histórico nacional" mediante el decreto P.E.N nº 3.039 del año 1946. La donación de la parcela para el entierro de los restos de Sarmiento (que llegaron por vía fluvial desde Asunción) fue donación de Dr.José M.Muñiz. La decisión oficial de levantar el monumento sepulcral se tomó durante la presidencia de Juárez Celman y el encargo artístico recayó en Victor de Pol, quien había conocido y retratado al célebre sanjuanino, según veremos.

Sobre la losa del sepulcro , encima de un pedestal de ángulos salientes y cornisa volada, se construyó un esbelto obelisco cuyas caras presentan un escarpe de pronunciada inclinación. Por debajo, en la cripta, una columna de hierro soporta el peso de esta estructura, que remata en la figura de bronce de un cóndor con las alas desplegadas, posado sobre un ejemplar del Facundo.

Dos relieves, por delante y por detrás del pedestal, completan el programa iconográfico. Pero, ¿está completo?..No, porque dicho programa incluía originalmente otra pieza que permanece retirada del monumento. En efecto, observamos un soporte vacío en el arranque del obelisco, por encima de la moldura superior del plinto. Allí hubo un busto de Sarmiento ejecutado por Victor de Pol, dal vero, en 1887. Se lo puede ver nítidamente en un grabado que reproduje en la página 52 de mi libro, y que publicó El Americano (1890) en el segundo aniversario de la muerte del prócer. Fijate con atención en el dibujo: por encima de la multitud, un orador, con un papel en su mano izquierda, gesticula con la derecha en dirección del busto. En cuanto al cóndor, dicho sea de paso, el dibujante no se esmeró demasiado en representar su majestad…


El Americano, 1890. Colección OADM


El nieto de Sarmiento, Augusto Belín S., escribió en El relicario de Sarmiento esta "ficha descriptiva":

Busto bronce por V.de Pol. Documento capital. Estudiado durante el verano de 1888 por el modelo vivo, no habiendo otro busto en esas condiciones. Inaugurado en yeso para el último cumpleaños. Sarmiento mandó ocultar ese día otros bustos, tanto los avergonzaba éste, según decía. Adornó la tumba durante veinte años…" (p.46)

De modo tal que, a tenor de este informe, el busto debió permanecer en el sepulcro entre 1888 y 1908 (o quizás hasta 1910). Hago una observación sobre la supuesta preferencia de Sarmiento por este busto: o bien porque apreciaba en él su mejor representación; o bien por su conocido "berretín" de lucir uniforme militar, y más aún, condecorado… No lo sabemos.


2.Nos planteamos y nos respondemos los siguientes interrogantes:¿cuándo y por qué fue retirado el busto?¿dónde se deposita ahora ese busto?

En cuanto a la primera pregunta, el mismo Augusto Belín S. agrega que tenía una pátina ingrata como plomizo y lo llevé a Paris donde Barbedienne le dio la pátina que singulariza a esa célebre casa… (Ibíd.) He aquí su "por qué".Ya antes consignó el "cuando".

De este modo, sabemos que la pieza fue retirada con intenciones de restauración de su pátina en Paris, donde se hizo un vaciado en bronce.

Pero, he aquí que debemos aclarar que existió otro busto estrictamente funerario de Sarmiento, ejecutado por Peynot por encargo de la Municipalidad de la Capital, pero almacenado por ciertas circunstancias, según anotó Belín S. (p.46-47) No aclara cuáles fueron esas "circunstancias", pero indica que el artista terminó por obsequiarlo a Eugenia, en agradecimiento por preciosas indicaciones que le hiciera en su taller de Paris. Recordá que Peynot tiene, en El Rosedal de Buenos Aires, un monumento a Sarmiento (Ofrenda floral) , menos conocido que el de Rodin.

Vale decir que este segundo busto no llegó a colocarse en el sepulcro, colocándose, en cambio, la obra de Victor de Pol, encargada por la familia de Sarmiento, y que en un principio no había tenido propósito funerario. Se trataba de un simple regalo de cumpleaños, siendo el último que habría recibido, pues Sarmiento falleció siete meses después de concluida la pieza y los descendientes la destinaron, entonces, a la tumba.




Esta fotografía publicada por la revista PBT en 1905 muestra el busto de Sarmiento colocado en su sitio original, en el arranque del obelisco.
Colección OADM


Quiero recalcar que la intención de que hubiera un busto en el sepulcro es bien manifiesta ya desde el comienzo, tanto en la Municipalidad (que encargó a Peynot el que no se colocó), como en la propia familia del difunto (que destinó, casi de inmediato, la pieza de Victor de Pol).

En absoluta congruencia con aquella intención, hoy frustrada, la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, solicitó y recomendó el emplazamiento de, al menos, una copia del busto en el sitio del soporte vacío del sepulcro sarmientino, mediante Nota 1.416/ 07. El Museo Histórico Sarmiento, por su parte, al responder mediante nota 236/ 07, recomendaba la custodia de la pieza de bronce en su colección, y la colocación de una réplica en la tumba. Pero, al parecer, las gestiones para encargar la réplica no se cumplieron.

Ahora bien, si la Comisión pudo en el año 2007 (y doy fe de ello porque fui yo mismo quien, con ayuda del librero Ernesto Romano, rastreó la pieza. Por entonces me desempeñaba como Asesor Legal honorario del cuerpo colegiado, que presidía mi recordado amigo Alberto S.J.de Paula), ubicar la pieza de bronce, entonces ella existía en algún sitio. En efecto, fue localizada en el Museo Histórico Sarmiento. Debe tenerse presente que en 1938, al crearse este museo nacional (propiciado por Levene), muchos objetos fueron derivados a la nueva dependencia, principalmente desde el Museo Histórico Nacional.

En el Museo Histórico Sarmiento obra la ficha técnica correspondiente a la pieza en cuestión (Inv.146-Nº.Reg.0265-50294-34") que transcribo a continuación, tomada de la nota nº 72 de mi libro:

Escultura-Artes Visuales
Ubicación: Salón principal
Realizado por: De Pol, Victor
Título: Domingo Faustino Sarmiento
Medida: h.73 cm a 60 cm. p.38 cm.
Material: bronce
Técnica: fundición
Cantidad: 1
Integridad: completo
Lugar y fecha de origen: Argentina
Buenos Aires, 1887
Estado de conservación: B
Fuente de adquisición: Donación Ley 12.665
Fecha de adquisición: 28-8-38
Descripción: Busto 3/4 perfil, de uniforme militar, banda que le cruza el pecho y dos condecoraciones
[…] La escultura fue hecha del natural en su casa de la calle Cuyo y estuvo en un principio colocada en su tumba en la Recoleta sobre el zócalo del obelisco…


En suma, y más allá de la recomendación incumplida de la Comisión Nacional de Monumentos, la integridad formal del monumento y su autenticidad reclaman la reinstalación del busto o de una réplica de excelente calidad, en el sitio que le fue destinado originalmente y que permanece vacío, privando al sepulcro de un elemento valioso como el último registro iconográfico de Sarmiento, pocos meses antes de su muerte.



El mausoleo de Sarmiento en La Recoleta, en una fotografía tomada por Hans Mann en tiempos en que Ricardo Levene presidía la Comisión Nacional de Monumentos. En esa época el busto ya no integraba el sepulcro.
Foto Archivo CNMMLH







lunes, 14 de marzo de 2016

MUJERES ARGENTINAS MONUMENTADAS...BIEN ESCASAS





Cementerio Británico de Buenos Aires. Sepulcro de la maestra Minnie Armstrong. (Foto OADM, 2010)



Algunas amigas que visitan asiduamente nuestros blogs, me han preguntado por qué no compartí un post alusivo al Día de la Mujer, que ocurrió hace muy poco. En verdad, no quisiera que nuestros blogs se subordinen a una agenda externa a ellos, por más simpatía que nos cause tal o cual fecha. Pero, la ocasión es bien oportuna para que reflexionar acerca de la presencia de las mujeres en el patrimonio monumental argentino. Quiero decir ¿cuántas mujeres están representadas en monumentos históricos declarados? ¿cuántas mujeres están representadas en estatuas conmemorativas en plazas y en espacios públicos del país? Un rápido censo de ambas categorías de monumentos revela una presencia bien menguada, consistente con un relato centralmente masculino de la historia. El patrimonio refleja, también, esta asimetría y nos pone ante el desafío de instalar un nuevo paradigma en la materia. 

Si repasamos los monumentos históricos nacionales, advertiremos los pocos casos de monumentos relacionados centralmente con figuras femeninas: las casas de María Josefa Ezcurra en Buenos Aires, o de Mariquita Sánchez de Thompson y de Victoria Ocampo en San Isidro, o de Pepa Galarza (¿habrá existido realmente?) en Luján, o la sala de internación de Eva Perón en un hospital de Avellaneda y su casa de infancia en Los Toldos, son algunos ejemplos. En materia de sepulcros, más allá de los casos de las "damas patricias" del tipo Mariquita Sanchez o Remedios de Escalada, que son el correlato previsible del panteón de las glorias fundadoras de la Nación, tenemos algunos ejemplos más recientes y de llamativa singularidad (y en cuyas declaratorias, quien escribe este blog tuvo activa participación): las tumbas de algunas maestras sarmientinas en el Cementerio Británico de Buenos Aires, la tumba de la médica Cecilia Grierson en el mismo enterratorio, el sepulcro de Lola Mora en Tucumán o el mausoleo de la Beata María Antonia de Paz y Figueroa en la iglesia de La Piedad de la Capital. 

En materia de monumentos escultóricos conmemorativos, el repertorio es más escaso todavía. No me atrevo a incluir aquí a la extraña estatua de la capitana Juana Azurduy, porque no comprendo demasiado su intención plástica y no puede disimularse que su emplazamiento motivó el desplazamiento de una obra de superior valor estético. El patrimonio debería operar como un ámbito de consensos históricos e identitarios, y no de conflictos. 

Tampoco debemos contabilizar aquí las numerosas figuras femeninas que se repiten, más o menos, en función de alegorías (la Libertad, la República, la Virtud etc.) y sin identidad concreta; o las repetidas y a veces insípidas estatuas dedicadas "a la madre" , que, sin querer, reducen el rol de las mujeres a la función procreativa y suelen cristalizar su representación plástica en un momentum lacto-mamario...

Me refiero a mujeres argentinas con existencia histórica y que hayan contribuido, a su modo, no importa cual, con cualquier porción de la grandeza del país. En este rubro, existen esculturas (mayormente bustos) de  superioras religiosas o de "matronas benefactoras" de hospitales o de asilos o de escuelas, que por lo general, se emplazan dentro de los establecimientos y muy poco sabe de ellas el transeúnte. También hay alguna estatua de la reina Isabel La Católica. Y la escultura de la bailarina Norma Fontenla, que inevitablemente nos causa pesar, al recordar su trágica muerte. Seguramente hay otras, pero su cifra es insignificante comparada con los monumentos masculinos.

No hay duda: faltan estatuas de mujeres concretas en nuestras plazas y espacios públicos. Y, poco a poco, debemos corregir este desajuste en nuestro universo patrimonial.

Mientras ello ocurre, les dedicamos este homenaje retrospectivo del Día de la Mujer, mostrando unas imágenes de algunos sepulcros de maestras de la época de Sarmiento-Avellaneda, que fueron declarados en la categoría de "sepulcros históricos nacionales". Unas mujeres que llegaron a un país lejano y distinto, casi sin hablar castellano, con la misión de educar. Y aquí se quedaron, literalmente, muchas de ellas.

Y un sepulcro donde yace una mujer que, a juzgar por el simbolismo y la epigrafía, murió a una temprana edad, y bien puede ser la metáfora de tantas mujeres cuyas utopías fueron truncadas por la muerte, cualquiera sea su circunstancia.





Cementerio Británico de Buenos Aires. Sepulcro de la maestra Frances Armstrong (Foto OADM, 2010)





Cementerio Británico de Buenos Aires. Sepulcro de la maestra Jennie Howard. (Foto OADM, 2010)






Cementerio Británico de Buenos Aires. Sepulcro de la maestra Sara Eccleston. (Foto OADM, 2010)

Sepulcros de "maestras sarmientinas" en el Cementerio Británico de Buenos Aires (aunque también habían llegado contingentes en tiempos de Avellaneda y de Roca)
Se trata de tumbas modestas, sin arrogancia, pero sobrias y silentes, como fue el talante de aquellas mujeres que vinieron al país con una misión educadora. Y aquí se quedaron para siempre. Fueron declarados "sepulcros históricos nacionales" hace pocos años.






Una tumba cargada de simbolismo en el Cementerio Británico de Buenos Aires. No se quien fue Elena Bacci, pero sé que era una mujer. O quizás: not a girl...not yet a woman...Y deduzco que murió joven, a juzgar por el desconsuelo epigráfico de sus padres y su hermano. El sauce que abraza la cruz inclinada...y el pajarillo muerto al pie del monumento, aportan una poética sepulcral bien explícita..Las partituras que se apilan a la izquierda, nos hablan de la sensibilidad musical de Elena. 
(Foto OADM 2010)